Seguro que más de una vez todos nos hemos hecho esta inquietante pregunta y hoy por fin toca despejar todas las incógnitas. ¡Sigue leyendo para, además, encontrar la solución perfecta a este problema! Con los colchones y almohadas de Factory Colchón evitarás tener estos problemas de descanso.
¿Por qué duermo pero no descanso?
Las causas pueden resumirse en:
- La calidad del sueño: incluso durmiendo las horas recomendadas, la calidad del sueño puede ser pobre por ruidos ambientales, luz, temperatura inadecuada, o incluso a problemas como la apnea del sueño.
- Mantener horarios irregulares: si son inconsistentes o desalineados con tu ritmo circadiano natural, esto puede afectar la calidad de tu descanso.
- Problemas de salud física o mental: el estrés, la ansiedad, la depresión, el dolor crónico, o las enfermedades físicas pueden interferir con la capacidad para descansar adecuadamente.
- Ambiente del sueño: es importante revisar la calidad del colchón, almohadas, y la temperatura y oscuridad de la habitación.
La importancia del sueño profundo en el descanso
¿Y por qué es tan importante lograr un sueño profundo? Los principales beneficios que obtenemos con él son:
- La restauración física total: durante el sueño profundo, el cuerpo realiza funciones reparadoras y de mantenimiento. Se regeneran los tejidos, se produce la síntesis de proteínas y la liberación de hormonas claves para el crecimiento y la reparación muscular.
- El refuerzo de la memoria y el aprendizaje: se refuerzan los recuerdos y se procesan las experiencias del día, lo cual es crucial para el funcionamiento cognitivo óptimo.
- La reposición de energía: permite que el cuerpo restaure sus niveles de energía. Es en esta fase donde se recargan las reservas de glucógeno en los músculos y el hígado, preparando al cuerpo para el próximo día.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: dormir profundamente ayuda a que se produzcan proteínas que ayudan a combatir infecciones y enfermedades.
- Regulación hormonal: incluyendo las que controlan el apetito, el estrés y el estado de ánimo.
- Descanso mental y emocional: importante para reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover una mayor estabilidad emocional.
Síntomas del sueño de mala calidad
El no descansar puede manifestarse de formas muy diferentes y las principales son:
- La fatiga durante el día
- La dificultad para concentrarnos
- La irritabilidad y los cambios de humor
- Los problemas de memoria
- El aumento de los niveles de estrés
- Los problemas físicos como los dolores de cabeza
- Los despertares frecuentes durante la noche
- Los problemas digestivos
- Un mayor riesgo a sufrir accidentes ya que se reduce la capacidad de reacción.
Causas por las que duermo pero no descanso
Ya hemos visto que dormir no significa necesariamente descansar bien y los motivos principales pueden ser:
- Sufrir apnea del sueño: trastorno en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante el sueño, lo que provoca microdespertares y fragmentación del sueño.
- Factores ambientales: como la temperatura de la habitación, el ruido, la luz y la comodidad de la cama o las almohadas.
- Hábitos de sueño poco saludables: por ejemplo, consumir cafeína o alcohol antes de acostarse, comer comidas pesadas o usar dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Trastornos del ritmo circadiano: por ejemplo, en personas que trabajan con turnos rotativos o nocturnos.
- Problemas de salud mental: como la ansiedad, la depresión o el estrés crónico.
- Condiciones médicas: como el dolor crónico, la fibromialgia u otras enfermedades neurológicas.
- Consumo de ciertos medicamentos: con efectos secundarios que afectan el sueño y la calidad del mismo.
- La edad: a medida que envejecemos, la estructura y la calidad del sueño pueden cambiar y esto implica que el sueño sea menos reparador.
¿Qué puedo hacer para dormir y descansar mejor?
Los consejos infalibles para mejorar la calidad del sueño se dividen en:
Hábitos a seguir antes de ir a dormir:
- Fijar un horario de sueño estándar: es importante acostarnos y levantarnos a la misma hora todos los días para conseguir regular el ritmo circadiano.
- Seguir una rutina relajante previa al sueño: dedica tiempo al autocuidado antes de dormir, ya sea leyendo tu libro favorito, meditando, realizando una rutina de skincare extensa o realizando ejercicios de respiración.
- Evita los estimulantes como la cafeína antes de dormir
- Reduce el uso de pantallas: como teléfonos, tablets u ordenadores ya que la luz azul que emiten puede afectar a la capacidad para conciliar el sueño.
- Evita las comidas y bebidas muy pesadas, picantes o grasas.
Crear un ambiente apto para el buen sueño:
- Asegúrate de que el entorno sea cómodo: te ayudará ajustar la temperatura de la habitación, utilizar cortinas opacas o antifaces y reducir el ruido ambiental con tapones para los oídos.
- Elegir una cama cómoda: asegúrate de que el colchón y almohadas sean adecuados y estén en buen estado. La comodidad juega un papel crucial en la calidad del sueño y también la adaptabilidad ya que con esto nos referimos a cómo te “recoge” el colchón, una primera sensación que se tiene antes de llegar a notar si el colchón es firme o blando. Elegir mal, la firmeza y la adaptabilidad puede generarte un descanso peor.
- Elegir un buen colchón en función de si te mueves mucho por la noche, y tienes un colchón blando y adaptable, te recoge más y los movimientos te cuestan más esfuerzo hasta el punto de que incluso puedes llegar a despertarte. Por lo contrario, si no te mueves en toda la noche un colchón más adaptable, mejorará tu descanso porque notarás menos presión en músculos y articulaciones.
Tips específicos para mejorar la rutina del sueño:
- Realizar ejercicio regular: preferiblemente durante el día, ya que puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
- Reducir los niveles de estrés: con ayuda de la meditación, el yoga o la respiración profunda.
- Limitar las siestas: intentar que no duren más de 20-30 minutos para no afectar al sueño nocturno.