futón

Descubre todo sobre el futón

Por la influencia del diseño asiático, el futón se ha convertido en una opción de descanso para los amantes del minimalismo. Resulta ligero, sobrio y funcional pero desde el punto de vista occidental, es esencial recordar que no es posible alcanzar los mismos estándares de calidad y comodidad en cuanto a rutina del sueño. Aunque puede ser una opción, lo cierto es que el colchón sigue siendo la opción más óptima para el descanso.

Qué es un futón

El futón japonés es una especie de colchón fino, habitualmente de algodón, que se coloca sobre un tatami o directamente sobre el suelo. Tradicionalmente, se enrolla y guarda cada mañana para liberar espacio en la habitación. Esta práctica refleja una forma de vida flexible, minimalista y conectada con la rutina diaria.

Es una opción válida para ciertas situaciones como pueden ser habitaciones de invitados o espacio pequeños en los que no pasemos demasiado tiempo. Pero eso sí, si lo que buscamos es un descanso reparador, continuo y ergonómico, el colchón es la opción más eficiente y saludable. Y es que en cuestión de descanso es esencial buscar el bienestar a largo plazo e invertir en diseño y tecnología.

Ventajas y desventajas del futón

Entre las principales ventajas del futón pueden estar el ahorro de espacio en casas muy pequeñas, la ligereza a la hora de moverlo o la conexión con una tradición como la oriental. Y aunque tiene estos beneficios prácticos, si ponemos todo en una balanza, dormir sobre una superficie tan firme no puede ser una opción saludable y cómoda a largo plazo. Entre las desventajas más notorias se encuentra:

  1. El soporte postural limitado: al ser tan fino, el futón no puede proporcionar un soporte adecuado para la columna, sobre todo en personas con problemas lumbares o de espalda. A día de hoy, el producto de descanso que puede adaptarse a la curvatura del cuerpo, reducir puntos de presión y favorecer una postura saludable es el colchón.
  2. Menor aislamiento térmico: al estar tan cerca del suelo, el futón puede resultar frío en invierno y caluroso en verano, dependiendo del tipo de suelo y el clima mientras que el colchón, al estar elevado sobre una base o somier, mejora la circulación y el confort térmico.
  3. Durabilidad y mantenimiento: el futón necesita airearse y rotar frecuentemente para mantener su forma y evitar la acumulación de humedad. A su vez, el colchón requiere menos mantenimiento y ofrece mayor durabilidad sin deformarse tanto.
  4. Calidad del descanso: esta es una de las desventajas más importantes y es que existen diversos estudios que defienden que la calidad del sueño mejora significativamente cuando se duerme sobre una superficie que combina soporte firme con acolchado ergonómico.

Diferencias entre un futón y un colchón

Aunque a simple vista ambos sirven para dormir el futón y el colchón son muy distintos tanto en estructura como en experiencia de descanso. El futón es mucho más fino que un colchón convencional, con un grosor que suele rondar entre los 5 y los centímetros. Se coloca directamente sobre el suelo o sobre un tatami. A su vez, el colchón tiene un grosor mucho más amplio, normalmente entre 20 y 40 centímetros y está diseñado para descansar sobre una base o somier, proporcionando una superficie más elevada, mullida y ergonómica.

En cuanto al soporte, el futón no se adapta demasiado al cuerpo. Para ciertas personas, esto puede ser un plus pero en la mayoría de los casos genera molestias en la espalda o en las caderas con el uso prolongado. Los colchones actuales, por el contrario, están diseñados para ajustarse a la curvatura del cuerpo, aliviando puntos de presión y favoreciendo una postura más saludable mientras dormimos.

Otro gran punto diferenciador es el mantenimiento. El futón necesita airearse con frecuencia, preferiblemente al sol, para evitar la acumulación de humedad y mantenerlo en buen estado. También, si se necesita espacio (una de las principales razones que motivan su elección), hay que doblarlo y guardarlo cada mañana.  El colchón, sin embargo, requiere un cuidado mínimo. Basta con girarlo cada cierto tiempo y mantenerlo limpio para que conserve sus propiedades durante años.

En lo que respecta a la higiene y aislamiento térmico, el colchón también ofrece ventajas. Al estar elevado del suelo, permite una mejor circulación del aire y mayor protección contra la humedad. Además, los materiales con los que se fabrica, como pueden ser las espumas de alta densidad o el látex, aportan un mayor confort térmico en distintas estaciones del año.

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