Como consumidores, nos hemos acostumbrado a relacionar el término “espuma viscoelástica” con un extra de comodidad y a posicionarlo como producto premium, como ocurre con los colchones con tejido 3D. Pero, ¿realmente sabemos lo que es y por qué la denominamos como “viscoelástica”? Entre otras cosas, se trata de su proceso de creación, en la que los aditivos hacen que la estructura celular de la espuma sea más cerrada y densa, capaz de reaccionar al calor corporal, hundirse lentamente y recuperar su forma poco a poco, como si tuviera memoria.
¿Qué es la espuma viscoelástica?
La espuma viscoelástica, a la que también se conoce como memory foam, es un tipo de material sintético elaborado a base de poliuretano al que se le añaden ciertos compuestos químicos para hacerlo más denso y sensible a la presión y al calor. Y uno de sus usos más comunes es en colchones y almohadas para mejorar la ergonomía y ofrecer mayor confort.
Entre sus características principales están:
- Termosensibilidad: reacciona al calor corporal, haciéndose más blanda en las zonas donde detecta más temperatura.
- Adaptabilidad: se amolda al cuerpo, distribuyendo el peso de forma uniforme.
- Recuperación progresiva: una vez que se elimina la presión, va a recuperar progresivamente su forma original, lo que le da ese efecto de “memoria”.
Como ventajas principales para el consumidor destaca el alivio de los puntos de presión, la reducción de los movimientos nocturnos y el hecho de que, en su mayoría, es hipoalergénica. Como desventajas, puede llegar a ser demasiado blanda para algunas personas. E incluso puede retener calor, aunque este es un punto que se descarta en muchos productos actuales que incluyen geles o canales de ventilación para contrarrestarlo.
Cómo se hace la espuma viscoelástica
La espuma viscoelástica se fabrica a partir de una base de poliuretano con la adición de agentes químicos que modifican su estructura para hacerla más densa, viscosa y termosensible. Y el proceso puede resumirse en estos pasos:
- Mezcla de ingredientes: la base es una reacción química entre Poliol, un tipo de alcohol con múltiples grupos hidroxilo e Isocianato, un compuesto altamente reactivo. Y a esta mezcla se le añaden agentes espumantes (como agua o gases) para crear burbujas que den volumen, aditivos viscoelásticos, para conseguir densidad, viscosidad y tiempo de recuperación y colorantes o estabilizadores si se requieren.
- Espumación: la mezcla se vierte en un molde o sobre una cinta transportadora. Y durante la reacción se forma dióxido de carbono o se inyecta un gas que expande la mezcla, creando pequeñas burbujas. A partir de aquí, la espuma comienza a elevarse y solidificarse, atrapando el gas en su interior.
- Curado: después de formarse, la espuma necesita un tiempo para endurecerse y estabilizarse. Este proceso puede tardar varias horas.
- Corte y acabado: una vez curada, la espuma se corta en bloques o láminas del grosor deseado. Y puede añadirse un recubrimiento o infusiones de gel, cobre o carbón activado para mejorar la ventilación, el control de temperatura o las propiedades antibacterianas.
Diferencias entre viscoelástica y poliuretano
Aunque la espuma viscoelástica y la de poliuretano comparten la misma base, el poliuretano, tienen diferencias por el modo en el que se formula y estructura cada una.
Por un lado, la espuma viscoelástica es una versión modificada del poliuretano que reacciona al calor y la presión. Su estructura es más densa y cerrada, lo que la hace más lenta para responder y adaptarse, pero también más envolvente. Se amolda al cuerpo y distribuye el peso de manera uniforme, lo que alivia los puntos de presión. Este efecto de “memoria” es lo que la hecho muy común en colchones de alta gama, almohadas ortopédicas y productos diseñados para mejorar la ergonomía.
En cuanto a la sensación, la viscoelástica es mucho más suave y envolvente, mientras que el poliuretano tradicional es más elástico y firme. La viscoelástica, sin embargo, suele ser menos transpirable y retiene más calor, algo que a veces se compensa con perforaciones, geles o espumas híbridas.
Y por otro lado, la espuma de poliuretano convencional es un material más simple y económico. Tiene una estructura celular más abierta, lo que le permite tener mejor ventilación y mayor firmeza. Se utiliza en colchones algo más básicos, tapicería y cojines o como relleno en productos donde no se busca una adaptación específica al cuerpo. Y su recuperación es inmediata. Si se aplica presión, vuelve rápidamente a su forma original, sin dejar “huella”.