Sí, podemos imaginar que en el momento en el que compraste tu colchón te fascinaba y que hiciste una elección maravillosa. Pero la realidad es que existen ciertos factores, como la antigüedad o la pérdida de firmeza, que invitan a sustituirlo por uno nuevo. Y es que, la clave para un buen descanso reside en cuidar los pequeños detalles, desde aprender a seleccionar un colchón duradero, saber cómo limpiar las almohadas para que se mantengan en perfecto estado a lo largo del tiempo y renovarlas más a menudo ya que tienen una capa menos de protección.
¿Por qué es importante cambiar el colchón regularmente?
La relevancia de cambiar el colchón cuando los expertos lo recomiendan se basa en principios clave como:
- Fomentar nuestra salud y bienestar: un colchón muy antiguo puede perder soporte y afectar a la columna al dormir. Esto causará en la mayoría de los casos dolores de espalda, cuello y articulaciones, así como insomnio o interrupciones del sueño.
- Cuidar la higiene y la salud respiratoria: con el tiempo, los colchones acumulan ácaros del polvo, bacterias y otros alérgenos que pueden provocar problemas respiratorios, alergias o incluso asma.
- Mejorar la calidad del sueño: un colchón antiguo puede hundirse o deformarse, lo que dificulta la capacidad de experimentar todas las fases del sueño y alcanzar un descanso profundo. Contar con un buen colchón impacta en nuestros niveles de energía, en el estado de ánimo y hasta en la concentración.
- Soporte adecuado para el cuerpo: la pérdida de firmeza de los colchones antiguos puede afectar a la alineación de la columna y al soporte lumbar, agravando problemas musculares o de postura.
¿Cada cuánto se debe cambiar el colchón según los expertos?
Para poder disfrutar de todos los beneficios que ofrece un colchón, los expertos recomiendan sustituirlo por uno nuevo cada 8-10 años, dependiendo del tipo de colchón, la calidad de los materiales o la frecuencia de uso.
Si eliges colchones de espuma de alta calidad o látex pueden incluso extender algo más su vida útil, siempre y cuando hayan tenido un buen mantenimiento. Otro tip útil para que un colchón se mantenga en buenas condiciones a lo largo de los años es invertir en complementos como el protector de colchón, sobre todo si se trata de uno transpirable e impermeable, que aporta una frescura y comodidad extra al descanso.
Señales de que tu colchón necesita ser reemplazado
Si no recuerdas cuándo compraste tu colchón y la variable de los años no te sirve para valorar cuándo cambiar el colchón, no te preocupes. Existen otras muchas pistas que te ayudarán a determinar si es momento de invertir en uno nuevo, como pueden ser:
- Hundimientos o deformaciones notorias, lo que significa que ha perdido soporte y comodidad.
- Dolores al despertar: si cada mañana sientes molestias en la espalda, el cuello o las caderas, es señal de que tu colchón ha perdido confort.
- Pérdida de firmeza y soporte: si sientes que el colchón no distribuye bien el peso, es una clara señal de desgaste que afecta de forma clara a la columna.
- Sufrir alergias y problemas respiratorios, derivados de la acumulación en el colchón a lo largo de los años de ácaros, bacterias y todo tipo de alérgenos.
- No poder conciliar el sueño: cuando la falta de comodidad del colchón, por el mero desgaste, afecta a la calidad de tu sueño, cambiarlo suele ser la solución ideal.
- Ruido excesivo: si tienes un colchón de muelles y notas demasiado ruido al moverte, significa que la estructura interna está desgastada.
¿Cómo elegir un colchón duradero?
Llegados a este punto, lo más probable es que hayas decidido sustituir tu colchón antiguo e invertir en uno nuevo. Pero ¿cómo hacerlo con las máximas garantías y qué criterios debes seguir para garantizar su durabilidad?
El primer paso siempre va a ser invertir en materiales de calidad que resulten cómodos y que perduren en el tiempo. Uno de los más duraderos es el látex natural, transpirable e hipoalergénico. Los de espuma viscoelástica, también son una opción idónea, capaz de adaptarse muy bien al cuerpo y los de muelles ensacados, que aportan buena ventilación y soporte.
Fíjate también en cuál es el nivel de firmeza adecuado según la postura en la que duermas. Por ejemplo, si duermes de lado, opta por una firmeza de suave a media, la media-firme se recomienda en personas que duermen boca arriba y la más firme para los que duermen boca abajo o tienen problemas de espalda. Y lo mismo ocurre con el soporte y la adaptabilidad, es imprescindible que el colchón esté formado por varias capas y diferentes zonas de soporte para mantener la columna alineada, repartir el peso de forma correcta y reducir puntos de presión.
Por supuesto, otro consejo fundamental es revisar el servicio post-venta así como detalles como la garantía de un colchón, como ocurre con los de Factory Colchón, que cuentan con hasta 10 años de garantía. ¡Pura tranquilidad ante una de las mejores inversiones que existen: la del buen descanso!